Hoy viene a visitarnos Pepsi, marca que pertenece al grupo estadounidense PepsiCo. PepsiCo cuenta con otras marcas tales como Quaker Oats, Gatorade, Frito-Lays y Tropicana. La compañía se creó en 1893 y se dedica a vender bebidas refrescantes. Su mayor competidor global y eterno rival, como todos sabemos, es Coca Cola y durante décadas han mantenido una lucha de poder, que en la mayoría de las ocasiones ha ganado Coca Cola.
La identidad
visual de Pepsi ha cambiado en bastantes ocasiones (podemos verlo en la
siguiente imagen) y siempre ha intentado destacar de alguna forma uniendo su marca con valores como la rebeldía (Ejemplo campaña: “El desafío de
Pepsi”). No obstante, no fue hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial cuando su logo adquirió los
colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense,
los cuáles sigue manteniendo actualmente.
Hace unos años (2008), los gestores de la marca decidieron que era hora de cambiar el look & feel de Pepsi.
Algunas fuentes afirman que la empresa
tenía pérdidas y querían darle un vuelco a la situación (¿esta historia no
nos suena ya de GAP?) así que tuvieron la magnífica idea de modificar el
logotipo. El resultado de su inversión de
1.200
millones de dólares fue el siguiente:
¿Qué os parece? Personalmente, creo que deberían
haberlo dejado como estaba y haber apostado por una fuerte campaña de
comunicación basada en una buena y diferenciadora estrategia de marca. Sin embargo, como podemos comprobar
una vez más, los gestores de marca prefirieron el camino corto. Me imagino
que el pobre Pepsi, si pudiera opinar, formularía la misma pregunta de siempre: ¿Por qué a mí, gestor?
Tenemos que destacar que desde que se lanzó la nueva imagen, ha habido multitud de críticas y de burlas. Qué ¿por qué? Podéis verlo por vosotros mismos…
Tenemos que destacar que desde que se lanzó la nueva imagen, ha habido multitud de críticas y de burlas. Qué ¿por qué? Podéis verlo por vosotros mismos…
Según la
compañía, las nuevas curvas del logo
son una sonrisa, pero la verdad es que la mayoría de nosotros vemos a un hombre
“gordito” al que no le entra la ropa. Ahora, Pepsi ya no es que tenga el
complejo de “el segundón de la clase” si no que encima parece “el gordito”. Por
otra parte, la decisión me parece totalmente incorrecta si nos acordamos de la
lucha que mantienen estas empresas contra la idea de que sus productos
engordan.
Esperemos que la próxima vez, nuestro amigo Pepsi
tenga más suerte con su gestor, porque a diferencia de GAP, no le han devuelto
su antigua identidad. Por el momento, lo único que podemos hacer es ayudarle a
desahogarse (¡algo que siempre viene muy bien!).
¡Pasad un
buen fin de semana!
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